¿Cuál es el problema?
Las aplicaciones móviles relacionadas con los automóviles están cambiando la forma en la cual los clientes interactúan con los vehículos. Los usuarios pueden configurar los próximos viajes, acceder de forma remota a la funcionalidad del vehículo y calcular el tiempo durante y antes de los viajes. Al tener un nivel de sincronización tan amplio entre el dispositivo y el vehículo es cuando surgen los problemas de ciberseguridad.
La autorización del vehículo conectado se basa en la combinación de una huella digital y contraseña para la cuenta digital, que contiene mucha información personal: citas, rutas preferidas, horarios, información de pagos, contactos e información de redes sociales. El robo de esos datos equivaldría a hackear el smartphone de una persona.
Los datos personales, como la información sobre cuentas y pagos, se integran en el proceso de interacción entre el conductor y el vehículo conectado. Apple Pay, Samsung Pay y Google Wallet están sincronizados con el sistema del vehículo. Los ataques causarían graves daños financieros.