Titular
Las pérdidas por fraude financiero en tarjetas de pago, banca a distancia y cheques ascendieron a un total de 768,8 millones de libras esterlinas tan solo en 2016, según datos de Financial Fraud Action UK. Son decenas de millones al día.
Es un problema serio y endémico, y se agrava por la vergüenza.
Titular
Una nueva investigación de Barclays muestra que un tercio de los británicos ha sido víctima de un fraude, pero que como promedio, una persona solo lo denunciaría en caso de haber perdido 112 libras esterlinas o más, lo que en parte se debe a la vergüenza.
Quienes han sido víctimas de un fraude dicen que solo lo denunciarían si perdieran más de 235 libras esterlinas y más de la mitad dicen que ocultaron su experiencia a sus familiares y amigos.
Las víctimas de fraude informaron sentirse estúpidas (31 %), victimizadas (23 %), indefensas (13 %) e ingenuas (12%).
Siempre que se habla de una estafa en línea, los comentarios suelen ser del tipo «un tonto con dinero» o «cualquiera lo suficientemente estúpido para caer en esa trampa se la merece».
Fíjate en los comentarios en Twitter o Facebook y el mensaje es el mismo: «Se lo merecen, yo nunca había caído en la trampa»
Pero la triste verdad es que la mayoría de nosotros caería en algunas de estas estafas y todos debemos permanecer vigilantes. Compartir información sin avergonzarse es esencial para ello.
Nuestras burlas deben dirigirse exclusivamente a los criminales que cometen los fraudes y, en ocasiones, a las instituciones que no hacen lo suficiente para detenerlos.
«Los proveedores financieros también deberían proporcionar información a los clientes sobre los últimos ataques y ofrecerles asesoramiento sobre cómo utilizar de forma segura los servicios en línea y
móviles»
Titular
En estos momentos se ejerce mucha presión sobre las personas para que se mantengan a salvo, tanto ellas como sus datos. Tenemos que crear contraseñas
largas, seguras y complejas, con mayúsculas, símbolos y números, pero nunca utilizar esa contraseña para más de un sitio web.
En estos momentos se ejerce mucha presión sobre las personas para que se mantengan a salvo, tanto ellas como sus datos. Tenemos que crear contraseñas
largas, seguras y complejas, con mayúsculas, símbolos y números, pero nunca utilizar esa contraseña para más de un sitio web.
En estos momentos se ejerce mucha presión sobre las personas para que se mantengan a salvo, tanto ellas como sus datos. Tenemos que crear contraseñas
largas, seguras y complejas, con mayúsculas, símbolos y números, pero nunca utilizar esa contraseña para más de un sitio web.
En estos momentos se ejerce mucha presión sobre las personas para que se mantengan a salvo, tanto ellas como sus datos. Tenemos que crear contraseñas
largas, seguras y complejas, con mayúsculas, símbolos y números, pero nunca utilizar esa contraseña para más de un sitio web.